Un hombre va caminando por las calles de Las Vegas y decide entrar a un Strip Club donde conoce a una fantástica prostituta. Inmediatamente le echa un ojo comienzan a entablar una conversación y, finalmente, le pide a la prostituta, "¿Cuánto me cobras por un trabajo?" La prostituta le responde: "Bueno primero se inicia con un minimo de $500 dolares por un “trabajo a mano". El tipo asombrado dice: "$ 500 dólares! por una “manigueta”, Mierda, eso yo me lo encuentro muy caro!. Ninguna manigueta vale la pena por todo ese dinero!
La prostituta le dice: "¿Ves aquel restaurante que está en la esquina? "Sí". "¿Viste el otro que esá a una cuadra más abajo?" Sí "." Y más allá de eso, ¿has visto otro tercer restaurante del mismo nombre cerca de aqui? "" Sí "." Bueno ", dice la prostituta, con una sonrisa tentadora," Yo soy la propietaria. Y los tengo, gracias a lo bien agradecidos que salen mis clientes luego de pagarme $500 dolares por el excelente “trabajito manual” que les hago.
Entonces el tipo asombrado y lleno de curiosidad le dice: "Demonios, sólo se vive una vez. Voy a aprovechar esta oportunidad."
Se retiran a un motel cercano. Poco tiempo después, el hombre se queda tendido en la cama extasiado por la mejor “manigueta” que ha recibido en toda su vida y que vale la pena por cada centavo de los $ 500 dolares que le pagó. Asombrado, le dice: "Supongo que una “mamadita” equivaldría a $ 1.000 dolares?" La prostituta le responde: " Eso te sale por $ 1.500". El hombre exclama: "Yo no pagaría tanto dinero por un mamadita!"
La prostituta le responde: "Ven a la ventana muchachon. ¿Ves ese casino al cruzar la calle? Yo soy propietaria de ese casino. Y lo conseguí, gracias a que doy unas “mamadas” que valen la pena por cada centavo de los $ 1.500 dolares que cobro".
El hombre, ya siendo fiel testigo de ese excelente trabajo manual que primero le hizo, decide aplazar los planes que tenia de comprar un automóvil nuevo, y le dice a la prostituta: "¡Vamo al mambo!"
Diez minutos más tarde, él está sentado en la cama más asombrado que nunca. Apenas pudiendolo creer, siente que realmente ha valido la pena la inversion de su dinero. Ya totalmente enviciado de los placeres que provee la prostituta, el cliente decide echarle mano a los ahorros que habia guardado para su jubilación para seguir disfrutando de aquellos placeres gloriosos e inolvidables.
Ya por ultima vez, le pide a la prostituta: "¿Por cuánto me daría la popola?" La prostituta dice: "Ven aquí a la ventana, quiero mostrarte algo. ¿Ves cómo toda la ciudad de Las Vegas se presenta ante nosotros: todas esas luces hermosas, palacios, juegos de azar y espectáculos? ¡Maldita sea! el hombre dice, con asombro, "Usted es dueña de toda la ciudad?"
"No", la prostituta le responde: "pero lo fuese ... si tuviera una popola."