('set', 'userId', {{USER_ID}}); // Establezca el ID de usuario mediante el user_idga con el que haya iniciado sesión.

domingo, octubre 26, 2008

La Reversa Femenina

A diferencia de los hombres, las mujeres tienden a tener una fuerte sensibilidad entre oido, corazón y flujo de efectivo($) cuando algun chico le atre, lo que les sirve para obtener un diagnostico de si dicha persona le proporciona una buena experiencia (cotorra + efectivo) o una mala experiencia (pariguayo + arrancao), todo eso sin importar si el jevo es flaco, alto, bajito, negro, gordo, vico o mocho. Mientras que el hombre solamente tiene una sensibilidad entre vista, miembro y mente lo cual es motor para dar o no una buena labia o cotorra al oido de la presa sin importar tampoco su aspecto fisico sino que esté dispuesta a pasar una noche sin escrúpulos.

En fin, leyendo hoy la columna Cogiéndolo Suave en el periódico El Nacional, Mario Emilio Pérez nos relata la historia de un amigo, que a pesar de ser "el gutanini del barrio" carecía del buen uso de la lengua española... check it out:

-------------------


La Reversa Femenina

La letra de una vieja guaracha afirma que “la mujer es como el pan, que hay que comerla caliente, y si la dejas enfriar, ni el diablo le mete el diente”.

Un amigo aficionado a las congéneres de la curiosa Eva dice que en materia amorosa ellas son mecánicas en los cambios, con excepción de la reversa.

Y relató que en una ocasión invitó a cenar en un restaurante a una muchacha, la cual comió y bebió con la voracidad propia del que no va a cargar con la cuenta.

El lugar tenía una pista de baile, y después de pisar varios boleros y merengues el galán sacó creyó que todo estaba listo para un estrujamiento simultáneo de anatomías con su pretendida.

Pero cuando enfiló con su vehículo hacia una zona en que había moteles, la joven lo miró directamente a los ojos.

-Si crees que soy igual a las nalgaslocas con las que estás acostumbrado a bregar, estás más perdido que el hijo de Lindberg.

El hombre se vio obligado a meter la reversa, llevó la jeva a su casa, y desahogó su frenado impulso erótico a través de una de las injustamente llamadas mujeres de vida alegre.

Recuerdo que en mi querido y añorado barrio San Miguel se mudó un joven de estatura elevada y contextura atlética que puso a las muchachas del sector a lanzar suspiros de admiración ante su paso.

Comenzó entonces una especie de batalla campal para la conquista del recién llegado, hasta que él manifestó que su gusto se inclinaba por una de las aspirantes a darle amores.

Alguien le facilitó el número telefónico de la damita, quien de inmediato le dio el uso requerido por las circunstancias.

Todos dábamos como algo inevitable la consumación de un tórrido romance entre ellos, pero me correspondió la primicia sobre la forma en que discurrió aquella conversación.

-Estaba emocionadísima con la llamada, y en más de una ocasión tuve que vencer la timidez- dijo la joven- pero de pronto ese tipo me hizo una pregunta que me hizo desistir de cualquier posibilidad de involucrarme en un noviazgo con él.

- ¿Y cuál fue esa pregunta? Confieso que formulé el interrogante sumamente intrigado, y no tardó en llegar la respuesta.

- El estúpido me largó un ¿cuándo nos veamos? que me puso al borde del desmayo gramatical.

No hay que ser adivino para saber que la reversa femenina funcionó, pero creo necesario señalar que desde ese momento la jovenzuela bautizó a su fallido pretendiente con el sobrenombre de “veamos”.

Por MARIO EMILIO PEREZ
(Sociólogo y Escritor dominicano)

-------------------

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...