Esos cuentos eran como un entremes en las comidas y reuniones familiares. Qué tiempos aquellos.
Anyway, me puse a investigar en la web y encontré este pequeño cuento de estos dos tremendos personajes, el cual fue escrito por Carlos Reyes en su blog del periódico elPaís ... check it out:
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¿Por qué no te callas?
Cuando niño, era muy frecuente en ciertas noches escuchar cuentos alrededor del fogón, dicho por mi tío Ramón, con los cuales nos deleitábamos en gran medida, esta es una versión de algunos de esos cuentos.
Cuenta mi tío que Juan Bobo y Pedro Animal andaban por un camino y al cruzar la vereda que conduce al río se desviaron del camino para para ver si podían llegar más rápido, eso dió como resultado de que se perdieran y al anochecer fueron a dar a una casa del campo, en la que le ofrecieron posada para pasar la noche.
Al caer la noche y próximo a acostarse observó Juan Bobo que la señora de la casa estaba cocinando una suculenta arepa (pan de maíz) y el muy goloso se le hizo la boca agua, debido al delicioso olor que manaba de la deliciosa comida.
Así las cosas, en la madrugada, Juan Bobo no pudo contenerse y ni corto ni peresoso, fue a la cocina y sacó la mitad de la suculenta arepa, comiendo una parte y llevándole la otra a su amigo Pedro Animal que estaba acostado en el cuarto que le habían asignado.
Así es que en la oscuridad Juan Bobo le dice,
-Cómete este pedazo de arepa Pedro, a lo que éste le contesto con un follón, dado el hecho de que se había equivocado en la posición, porque en vez de la cabeza del acostado, lo que estaba indicando era el trasero, contestando en seguida Juan.
-No lo sople que está frío.
Pero en ese instante Pedro Animal al despertarse trató de expresarse con ímpetud, a lo que Juán Bobo, tapándole la boca le increpó ¿porque no te callas?, para no despertar a los dueños de la casa.
Acto seguido Juan Bobo preparó todo y le dijo a Pedro Animal, vámonos y cuando iba saliendo le dijo, cuando salga traaete la puerta.
Caminaron varios kilómetros y al observar Juan Bobo que Pedro Animal no aparecía, se devolvió a ver lo que le sucediía y pudo ver que no avanzaba porque traía consigo la enorme puerta de casa.
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2 comentarios:
es bueno
Muy bueno ese cuento, pero le faltó la parte donde al comerse esa arepa dulce le dio sed a juan Bobo y decide ir a la cocina a buscar agua. Resulta que en esas casas del campo, usan las llamadas tinajas para el agua de consumo y al entrar su mano en esta, se le quedó atascada y al no poder sacar su mano, decide ir al patio para romper la tinaja sobre una piedra o algún tronco seco. En medio de la oscuridad encontró lo que a su mala visión era un tronco y cuando rompe la tinaja sobre este, resultó ser que no era un árbol seco sino más bien la abuela de esa casa que había salido al patio con incontinencia de hacer pipí y estando agachada en su necesidad, recibió tal golpe que el hombre pensó que la había acabado y es allí cuando salen corriendo de la casa y concluye el cuento con lo de la puerta. Muchas gracias por recordar este episodio
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