A continuacion anexo la historia... leanlo hasta el final y se sorprenderan...check it out:
-----------------
MUCHA PRECAUCION!!!
Un hecho para tomar en cuenta cuando viajes por las carreteras de Constanza
de noche.
Esto sucedió hace poco y parecería extraído de una de las películas
de suspenso de Alfred Hitchcock. El lugar, carretera de Constanza, en
plena Cordillera Central de la República Dominicana.
El suceso, lo siguiente:
Un hombre estaba parado a la orilla de la carretera en medio de una oscura y
tenebrosa noche, en espera de transporte para llegar al poblado de La Palma,
distante a unos 2 Km., en el momento que caía un fuerte aguacero en la
zona.
Pasó un tiempo pero nadie se paraba.
La lluvia era tan fuerte que apenas se alcanzaba a ver a unos 3 metros
de distancia. De repente vio como un extraño carro se acercaba lentamente
y al final se detuvo.
El señor, por lo precaria de su situación, sin dudarlo, rápidamente se subió
al carro y cerró la puerta, volteó y se dio cuenta con asombro y horror de
que nadie iba manejando el carro.
El vehículo arrancó suavemente. El tipo miró hacia la carretera y vio
con terror que adelante había una curva. Asustado, comenzó a rezar e
implorar por su salvación, al advertir su trágico destino.
El tipo no había terminado de salir de su espanto, cuando justo antes de
llegar a la curva, entró una mano tenebrosa por la ventana del chofer y
movió el volante lentamente pero con firmeza.
Paralizado del terror y sin aliento, cerró sus ojos, se aferró con todas sus
fuerzas al asiento, e inmóvil e impotente vio como sucedía lo mismo en cada
curva del tenebroso y horrible camino, mientras la tormenta aumentaba su
fuerza.
El tipo, sacando fuerzas de donde ya no quedaban, se tiró del carro y se fue
corriendo hasta el poblado más cercano, deambulando todo empapado, hasta
encontrar un colmadón en el que sonaba una bachata de Frank Reyes.
Entró al colmadón y pidió una botella de VAT69 y temblando aún, les empezó a
contar a los presentes, cinco hombres y una mujer, la horrible experiencia
que acababa de presenciar. Se hizo un silencio ante el asombro de todos.
El miedo y la zozobra asomaron por todos los rincones del lugar. El tipo
apuraba cada trago de ron, logrando beberse ½ botella en apenas 3 minutos.
Al rato todos miran con estupor que en medio de la fuerte lluvia se para
frente al colmadón el carro sin chofer.
Luego entran al colmadón 2 morenos empapados de agua y uno le dice al otro:
-'Mira Juan, allá esta el maricón que se subió al carro cuando lo
veníamos empujando'.
Un hecho para tomar en cuenta cuando viajes por las carreteras de Constanza
de noche.
Esto sucedió hace poco y parecería extraído de una de las películas
de suspenso de Alfred Hitchcock. El lugar, carretera de Constanza, en
plena Cordillera Central de la República Dominicana.
El suceso, lo siguiente:
Un hombre estaba parado a la orilla de la carretera en medio de una oscura y
tenebrosa noche, en espera de transporte para llegar al poblado de La Palma,
distante a unos 2 Km., en el momento que caía un fuerte aguacero en la
zona.
Pasó un tiempo pero nadie se paraba.
La lluvia era tan fuerte que apenas se alcanzaba a ver a unos 3 metros
de distancia. De repente vio como un extraño carro se acercaba lentamente
y al final se detuvo.
El señor, por lo precaria de su situación, sin dudarlo, rápidamente se subió
al carro y cerró la puerta, volteó y se dio cuenta con asombro y horror de
que nadie iba manejando el carro.
El vehículo arrancó suavemente. El tipo miró hacia la carretera y vio
con terror que adelante había una curva. Asustado, comenzó a rezar e
implorar por su salvación, al advertir su trágico destino.
El tipo no había terminado de salir de su espanto, cuando justo antes de
llegar a la curva, entró una mano tenebrosa por la ventana del chofer y
movió el volante lentamente pero con firmeza.
Paralizado del terror y sin aliento, cerró sus ojos, se aferró con todas sus
fuerzas al asiento, e inmóvil e impotente vio como sucedía lo mismo en cada
curva del tenebroso y horrible camino, mientras la tormenta aumentaba su
fuerza.
El tipo, sacando fuerzas de donde ya no quedaban, se tiró del carro y se fue
corriendo hasta el poblado más cercano, deambulando todo empapado, hasta
encontrar un colmadón en el que sonaba una bachata de Frank Reyes.
Entró al colmadón y pidió una botella de VAT69 y temblando aún, les empezó a
contar a los presentes, cinco hombres y una mujer, la horrible experiencia
que acababa de presenciar. Se hizo un silencio ante el asombro de todos.
El miedo y la zozobra asomaron por todos los rincones del lugar. El tipo
apuraba cada trago de ron, logrando beberse ½ botella en apenas 3 minutos.
Al rato todos miran con estupor que en medio de la fuerte lluvia se para
frente al colmadón el carro sin chofer.
Luego entran al colmadón 2 morenos empapados de agua y uno le dice al otro:
-'Mira Juan, allá esta el maricón que se subió al carro cuando lo
veníamos empujando'.
-----------------
2 comentarios:
tu te pasaaa me tenias en suspenso manO! :P
Te pasaste, saludos desde www.pastelenhoja.com
Publicar un comentario