El Soñador Adivino

Cada quien tiene una forma particular de soñar. Los indígenas de seguro soñaban acerca de sus dioses mientras que los egipcios soñaban con los emperadores y de como librarse del imperio asi como también Maria soñó que iba a dar a luz al Mesias. Y si nos ponemos a investigar, en cada época y en cada nación, la mayoria de las personas soñaban mayormente con las circunstancias que la misma sociedad les atañaba. Ahora vivimos en un mundo más relax y lleno de Tecnologías, y a pesar de todo ya los sueños no representan nada filosófico.

Con solo ver con qué sueñan los dominicanos y escuchar hasta su raro "método ortodoxo" de interpretar los sueños, no cabe la menor duda de que el dios Dinero se ha apoderado de la mente y del espiritu del pobre dominicano a causa de una "Olla" extrema, una reprobación colectiva en las Ciencias Matemáticas y una fidelidad impresionante hacia la Clarividencia.

Chequeen la siguiente anécdota escrita por Freddy Beras Goico cuando tenia su primer blog en aquella desaparecida pagina llamada Eljuidero.com, y verán mas de cerca sobre el planteamiento de lo que hoy les escribo...  check it out:

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El que cree en sueños debería estar preso.




Sólo pensar que hay gente que se gasta los chelitos que gana jugando números de quinielas, caraquita y lotería, me hace sentir que vivo en una barrio de Burundi.


Porqué digo esto…? Pues porque, aunque soy muy poco dado a soñar o a recordar sueños, cuando lo hago amanezco con una champola en la cabeza. Anoche, por ejemplo, soñé lo siguiente.


Yo estaba con mi mujer en un aeropuerto. Sé que era doméstico, pero no tengo idea de donde era. Esperábamos para tomar el avión y cuando llamaron, a mi se me ocurrió -oigan esta vaina- buscar una cubeta y un suape y ponerme a limpiar el aeropuerto.
Mi mujer desaparece y yo me fajo a suapear.
Cuando llaman de nuevo, oigo por las bocinas que me están llamando a mi y a Peña Suazo-de donde coño salió Peña Suazo en un sueño mío-


La voz femenina, ñata y con el “cantaito” de todas las bocinas, nos llamaban la atención de manera agresiva, diciéndonos que el avión estaba encendido y que la gasolina costaba no sé cuanto y muchísimos boches mas.
Yo no vi nunca a Peña Suazo ni a mi mujer y, en lugar de ir hacia el avión, se me ocurrió ir a devolver el cubo y el suape.
En eso bajé como cuatro pisos por una escalera de tubos, llena de grasa, me ensucié y me perdí y fui a tener como a un taller de mecánica grandísimo, donde un tipo me dijo por donde salir para llegar más rápido.
Tuve que subir de nuevo los cuatro pisos y aprovechando a un señor que abría una puerta con una clave numerada, me metí y fui a tener del otro lado del aeropuerto.


Yo veía, en la pista, el pequeño avión con los dos motores encendidos y yo voceando detrás de una puerta de vidrio sin poder salir.
En esa agonía desperté. Eran las cinco y media de la mañana. Hice pipí y me acosté de nuevo.
Que algún brujo o creyente me diga si esto tiene algún sentido.


Recuerdo un viejo cuento del amigo que le dijo a otro:
-Tú no crees en sueños, pero yo anoche soñé que venía un número siete para encima de mi y yo me agachaba. Y de nuevo vino el número siete y así siete veces.-
Cuando desperté dije: -Esto es que me están dando un número y calculé: 7 X 7= 91. Cogí el 91 y me gané cincomil pesos.-
El amigo le dijo: -Si te hubieras sabido la tabla del 7, te jodes.”




Por: Freddy Beras Goico 
        (1940-2010) E.P.D. ƚ 
       

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