En esta nueva sociedad que al parecer desea con ansias que llegue la fecha de su "caducidad", están surgiendo cosas que en nuestra oculta realidad no denotan toda la paz y felicidad que en épocas pasadas se profesaba que existiría. Con solo ver los noticieros o abrir el periódico uno se da cuenta que hay cosas que están cambiando y no en el mejor escenario para nuestra sociedad a nivel mundial. Estamos aun en las épocas donde el hambre aun no se ha erradicado, donde la pobreza aun existe y donde las personas aun no han superado ese impulso que los lleva a quitar o quitarse una vida. En pleno Siglo XXI aun siguen los mas ricos imponiendose contra los mas pobres, aun siguen la monarquía en algunos países y aun la gente sigue creyendo en falsos dioses aunque ni cuenta se den de lo que están haciendo.
Todo eso ha generado que el miedo y la dependencia aun formen parte de nuestros pensamientos, haciendo de nuestra cultura una de las mas dañinas tanto a nuestro medioambiente como a nosotros mismos, convirtiéndonos así en una sociedad autodestructiva. Este mundo actual, que nos vende pensamientos a través de pantallas y nos intercambia felicidad a cambio de mercancías, no es más que el Apocalípsis bíblico del que casi todo el mundo habrá leído o escuchado pero pocos lo han asimilado.
Quizas este post que hoy escribo para muchos les parezca algo pesimista, irreal o simplemente estúpido, pero con esto no quiero fijar una postura dramática ni tampoco eclesiástica sobre la sociedad actual de este mundo, sin embargo si llamo a que de vez en cuando, tomemos un tiempo para "meditar" y/o pensar por si solos sobre hasta donde podríamos llegar en un mundo distópico donde todo marcha contrario a nuestro verdadero origen.
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