Hace casi una semana que tomé vacaciones laborales y la verdad es que a veces la palabra pierde su significado. Culturalmente el dominicano no suele programar sus vacaciones tan obsesivamente como lo hacen los gringos. Aqui casi todos, por no decir nadie, no solemos hacer presupuesto anual para las vacaciones y mucho menos dejar "setiados" todos los compromisos laborales y familiares antes de cojer las tan esperadas vacaciones.
Sucede, que en estas "vacaciones" me he dado cuenta que dependiendo de las circunstancias la vida laboral te puede ofrecer más tranquilidad que la "comodidad" de tu casa. Basta con decir que desde que coji vacaciones me la he pasado gastando dinero y haciendo "otros tipos de trabajo" los cuales me han absorvido todo el tiempo estimado para descansar de verdad.
Tengo un amigo que le sucedia tambien lo mismo. El pedia emocionadamente sus dos semanas de vacaciones. Cuando se pasaba los primeros tres dias en su casa, vivia otro tipo de realidad como si estuviera en la pelicula Matrix y se tomara la aquella pastillita roja.
Recuerdo cuando me dijo que sus dias de vacaciones se le habian agotado a destiempo, debido a que tuvo que salir juyendo de su casa al ver todos los dias a los niños corretiando y desarreglando más una esposa incomoda con un desgreñe encima, y sumándole a todo eso una lista necesidades para resolver a primera hora más una lista de facturas que deprimen hasta al más payaso.
Sucede que ya al inicio de la segunda semana volvió al trabajo con más energia que una planta Kubota y emocionado por haber pagado su propia fianza para salir libre de condena de aquella tortura domiciliaria que vivia en su propia casa.
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