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5
El 'milagro' de la mujer que sobrevivió a una decapitación.
El 25 de Enero del año 1997, los médicos del Denver Spine Center nunca se vieron en un trance igual: salvar la vida a una mujer decapitada en un accidente de coche. Cuando Shannon Malloy llegó al hospital, su cabeza seguía unida exteriormente a su cuello, pero colgaba como un objeto inerte que no podía controlar. La base del cráneo se le había desprendido de la columna vertebral como consecuencia del violento impacto. «Decapitación interna», sentenciaron a primera vista los médicos. Y no creyeron que viviría para contarlo.
Pero la médula espinal, ese río que conecta el cerebro con las partes vitales del cuerpo, no sufrió, sin embargo, daños irreparables. Sorprendentemente, los nervios, los ligamentos y los músculos respondían a los estímulos y el temor a una parálisis como la de Christopher Reeve, el malogrado Superman, se fue disipando.
Pero la propia Shannon proclamó con una agradecida sonrisa: «¡Oh Dios, es un milagro!», el día en que los médicos le quitaron el halo y pudo mirarse en el espejo sin interferencias metálicas. «Tardaron apenas ocho minutos en desprendérmelo»... La cabeza había vuelto a la posición original, sujeta ahora por un collarín, gracias a cinco tornillos que unen el cráneo a la parte superior de la columna vertebral.
El doctor y quiropráctico Gary Ghiselli, del Denver Spine Center, admite que tiene que frotarse los ojos cada que ve a su paciente.
4
El guardabosques estadounidense Roy C. Sullivan no sólo logró sobrevivir a la descarga de un rayo, sino a la de siete. A lo largo de su vida fue alcanzado por siete rayos en otras tantas ocasiones y pudo vivir para contarlo. Increíble. La primera vez (1.942), sólo sufrió la pérdida de la uña del dedo gordo de un pie; en la segunda (1.969) se le quemaron las cejas; en la tercera (1.970) sufrió quemaduras en el hombro izquierdo; en la cuarta (1.972) se le quemó el pelo; en la quinta (1.973) se le quemaron las piernas; en la sexta (1.976) sólo resultó herido en un tobillo, y en la séptima y última (1.977) sufrió quemaduras en el pecho y en el estómago.
1942 - Sullivan fue alcanzado por primera vez cuando él estaba en una torre-mirador. El rayo le golpeó en una pierna y perdió una uña en su dedo gordo del pie. 1969 - La segunda saeta le golpeó en su camión cuando conducía en una carretera de montaña. Se le llamó inconsciente y quemaron sus cejas. 1970 - La tercera huelga quemaron su hombro izquierdo, mientras que en su patio. 1972 - El próximo hit que pasó en una estación de guardaparques. La huelga establecido su cabello al fuego. Después de eso, comenzó a llevar una jarra de agua con él. 1973 - Un rayo golpeó Sullivan en la cabeza, le blasted fuera de su automóvil, y establecer de nuevo su cabello al fuego. 1974 - Sullivan fue golpeado por el sexto perno en un campamento, hiriendo a su tobillo. 1977 - El séptimo y último rayo le golpeó cuando fue la pesca. Sullivan fue hospitalizado por quemaduras en el pecho y el estómago. Sus somreros apararayos" se exhiben en Nueva York y Carolina del Sur en la alclamada Sala de Expocisiones Guinness.
3
El 30 de Noviembre de 1954, un meteorito cayó en Sylacauga, Alabama. Este meteorito cayó en la casa de Ana Hodges, entrando en su recamara, rebotando en la radio y golpeandola, lo cual le causo una grave contusión. Ella estaba magullada pero aun podia caminar. Entonces, la Fuerza Aérea llegó y tomó el meteorito. El marido de Ann, Eugene, contrató a un abogado para obtener de nuevo la piedra. Luego el terrateniente de la zona hizo un llamado alegando que ese meteorito le correspondia ya que debia venderlo con el fin de cubrir el daño causado en la azotea. En el momento en que el meteorito fue devuelto a Ann y Eugene (despues de un año más tarde) la atención del público hacia el caso disminuyó y no fueron capaces de encontrar un comprador dispuesto a pagar mucho por la piedra extraterrestre de 8,5 libras. En contra de la voluntad de su marido, Ann decidió donar la piedra al Museo de Historia Natural de Alabama, donde se puede ver hoy en día.
2
Carpenter, de 21 años, se encontraba con su silla de ruedas pasando por una gasolinera cuando un camión se lo llevó inesperadamente por delante con la inmensa fortuna de que la silla de Ben se quedó enganchada al morro del enorme vehículo. El conductor le llevó como involuntario pasajero a través de la autovía sin percatarse de ello, al impedirle la altura de la cabina observar la cara de horror del joven Ben moviéndose a una velocidad inimaginable para él momentos antes en su modesta silla de ruedas. Carpenter, que resultó ileso, se pudo salvar de su frenética carrera involuntaria gracias al aviso del resto de conductores, que observaban atónitos la escena. "Fue un paseo...pero muy rápido", llegó a decir el joven, quien llegó a alcanzar los 80 kilómetros por hora.
1
El 14 de septiembre de 1848 Phineas estaba trabajando a las afueras de Cavendish; Vermont en la construcción de una línea de ferrocarril. Su puesto era de capataz y en general era descrito como un hombre eficiente y capaz.
Una de sus funciones era colocar cargas explosivas en agujeros taladrados en la roca. Para ello llenaba el agujero de pólvora, colocaba un detonador, y finalmente lo tapaba con arena y aplastaba la arena con una pesada barra de metal. Ese día Phineas en un descuido olvidó echar la arena antes de presionar con la barra, por lo que al hacerlo hubo una chispa que hizo que explotase la pólvora. Esta explosión a su vez provocó que la barra de metal saliese disparada atravesando el cráneo de Gage y aterrizando a casi 30 metros de distancia.
La barra; que medía un metro de largo y más de 3 cm de diámetro y pesaba 6 kilos entró a su cráneo por la mejilla izquierda y salió por la parte superior tras atravesar el cortex cerebral anterior.
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